La vida es un decorativo de la felicidad

Dias de reflexion como hoy me hacen entender que la vida nunca es lo que parece, más allá de los significados basicos que esto pueda tener. La felicidad de una persona se centraliza en diferentes bases establecidas por uno mismo, y todas, TODAS, son diferentes. La diferencia puede ser tan leve como un nombre o un numero. Mi felicidad se basa en un puñado de personas. En un puñado de personas que no se como sería mi vida sin haberlas conocido y doy gracias por haberlo echo. Cada una de estas personas me hiso crecer de una forma diferente y me mostraron en sentidos de palabras que no conocía, incluso sin haberlas dicho. A estas personas solo las pienso aveces, lo suficiente para hacerme feliz pero no lo suficiente aveces como para hacerlas feliz. Lo único que si se es que no podría hacer nada, no sería nada sin pensar en estas previamente. Fuera de este puñado de personas la vida es una gran variable, es como poder cambiar la torta al gusto, sabor, color y hasta motivo que quieras pero el numero o la cantidad de velas siempre tiene que estar porque de otra manera carecería de sentido, sin importar cuanto tiempo haya costado la preparación. Fuera de esas personas tambien hay personas importantes pero que no condicionan mi vida, solo... son importantes. Lo que da origen a la creación de este texto es que la vida es mucho mas simple de lo que imaginamos, en la vida no existen metas, no existen los deseos, no existe nada, todo eso es pura decoración a nuestra torta. Lo escencial es invisible a los ojos. Solo se puede ver viendo más allá de la vida, reflexionando. En ese puñado de personas que constituyen mi felicidad existen contados amigos, pocos familiares, un amor y una persona que marcaron mi vida en forma existencial que no puedo incluir en ninguna de esas categorias. Algunos integrantes son relativamente recientes y otros parecen ser más antiguos que mi propio conocimiento. Cada uno de ellos especial en alguna forma, única.

Emanuel Jose Diogo Guerreiro